Doña Elisa, la "Matrona del Barrio Gálvez" que siempre ha sido una fiel seguidora del fútbol y el "Viejo León"

(Video de archivo, año 2022)

Doña Elisa Amador Barahona, la imagen que hoy es una de las caras virales en el mundo del fútbol nacional gracias a un Tiktok en la que sale eufórica celebrando junto a familiares el triunfo agónico del Club Olimpia ante su rival Motagua, quién desde los 20 años ha sido una fiel aficionada de este equipo.

En el viejo Toncontin, como toda una joven en su plena adolescencia, suele acompañar a sus hijos, nietos y bisnietos, para ver jugar al reconocido equipo del municipio de Sabanagrande: Club Deportivo Stukas.

Doña Elisa es una las damas de antaño y, quizá, una de las pocas sobrevivientes de una generación de señoras nacidas en 1937 que con su estilo de vida, alegre, risueña y jocosa, son parte del "Patrimonio humano de la ciudad de las Rosquillas".

Residente en uno de los barrios más "populosos " de Sabanagrande, el Barrio Gálvez, madre de 9 hijos, 24 nietos, 20 Bisnietos, un Tataranieto y esposa de uno de los laureados maestros de la construcción Jose Florentino Osorio: "Don Tino Osorio".

La vida de doña elisa es el recuerdo y el ejemplo de una madre luchadora, emprendedora; pero sobre todo, símbolo de unión familiar, esperanza y alegría en el hogar.

Siempre es vista en esos festejos fiesteros en familia o en las acostumbradas celebraciones que se realizan en la llamada Calle 8 del barrio Gálvez.

Su delantal al cinto es sinónimo de remembranza y añoranza a las señoras de antaño que con la delicadeza de sus manos ponen el sabor y la sazón en la cocina.

En la actualidad, "Doña Elisa", con 86 años de vida, aún es una dama con gran sentido del humor, sonriente, lúcida y "mostachona".

Fiel seguidora de los merengues el "Olimpia de sus amores", y del Stukas, un equipo y nombre muy laureado en el fútbol local.

Su admiración por el Olimpia es como una herencia para su familia, con quién en esas grandes gestas del "Viejo León", reunida alrededor de la pantalla, grita, vive y siente... si ese mismo rostro que hoy es noticia, cuando celebraba el último gol de Andy Najar y que ahogó a los "motaguas" en un suspiro de agonía sin palabras.

Para ella, ese es el fútbol, ese el Olimpia, una familia, la emoción de lo vivido, símbolo de juventud radiante reflejada en sus canas, el amor a una camisa, la alegría del triunfo y la esperanza de ver coronado a su "Viejo León" en los próximos 15 días.