A la memoria de "Don Chimino"
- La Puerta al Sur.com
- 21 nov 2020
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Rostros

Hoy, por esas cosas de la vida salí de mi casa a caminar por las empedradas calles del centro de Sabanagrande Francisco Morazán cuando un grupo de paisanos, asustados y desesperados me decían: "lo estoy llamando y no contesta". La verdad siempre ando mi celular en vibrador para evitar ese ruido ensordecedor que minuto tras minuto provoca estrés y fastidio en millones de personas.
Ellos me dijeron: "sucedió una tragedia en Los Chorros, murió un señor...un carro se metió a una casa...la señora aquí esta lesionada, habían niños y Gracias a Dios no les pasó nada".
Entrevista aqui👇
Adentro de una clínica estaba la señora lesionada, rápido salimos con rumbo a la escena del hecho, allí, sus hijos lloraban desconsolados sobre el cadáver cubierto con una sábana, juguetes yacían sobre el patio de una casa que imaginaban el susto que debieron pasar los niños al impactar el automotor a toda velocidad en la parte frontal de una cocineta.
Transmitimos en vivo y me dijeron el señor se llama Maximino Maradiaga, padre de Augusto, quién allí también lloraba en susurro.
Regrese compungido como cualquier ser humano al ver esas escenas que para una familia son sorpresivas, que suceden en segundos.

Una persona a las pocas horas me solicitó que pasara la entrevista que le habíamos hecho a Don Maximino, por lo que tras buscar en mis archivos, quedé exhausto al recordar quién era Don "Chimino", aquella misma imagen de un hombre que conocí hace años cuando de niño corría descalzo tras una pelota al lado de unos tornos de alfarería en los que el moldeaba con sus rústicas manos una pelota de barro y la convertía en las primeras maceteras que Monseñor Evelio Domínguez y Don Demetreo Simón (Don Chito) proyectaron fuese uno de los oficios de sobrevivencia para los moradores de Sabanagrande.
Siempre que armabamos las potras en el famoso "Draybin" me encantaba ver a Don Chimino, a mi tío Alejandro Osorio y otros aprendices, jugar con aquellas pilastras de barro y convertirlas en finas piezas de barro.
Rememoré, la imagen de "Don Chimino", sonriente calculador y humilde, de esos hombres que al saludar, aún en este tiempo, se sacaban su sombrero como signo de reverencia.

Siempre que le miraba, recordaba en aquél hombre la viva imágen del artesano moldeando el barro en aquellos rústicos tornos de madera en el "Draibin", una galera ubicada donde es hoy la Blilioteca de Sabanagrande...El jugaba con sus pies en el torno y yo corría "Chuña", junto a otros amigos de infancia, tras una pelota de plástico... el sorteaba la moldura de un negriso barro y yo iluso, los parales de madera para poder cantar un gol.
Así es de corta la vida...la última vez que lo vi fue bajo la sombra de un árbol desde donde solía, domingo a domingo, hora tras horas, disfrutar del fútbol en la cancha de Las Mesas de la Aldea Los Chorros... allí mismo donde conversamos para la historia, allí donde quedará grabada su silueta para todos aquellos que le conocimos...En Paz descanse "Don Chimino".
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