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Parma es el nuevo rey en las tierras de Morazán


Un clima perfecto para jugar el fútbol. Imponente el histórico monumento de Francisco Morazán era testigo fiel de otra batalla de final de fútbol para definir el nuevo rey de la Liga de la comunidad de La Trinidad Sabanagrande, F.M.


Con cancha llena y aficiones de ambos lados, Real Valladolid y Parma deleitaron a los presentes que asistieron a la histórica cancha de fútbol ubicada en la comunidad de la Trinidad con un partido en el que ambos seguidores celebraron diez goles tras un empate en los 90 minutos reglamentarios de 5 X 5 goles.


El primer tiempo fue un partido de tú a tú. Con un Parma de jugadores muy bien dotados técnicamente y un Real Valladolid con jóvenes más prácticos que con certeros contragolpes sorprendieron a la meta contraria con cuatro goles que le pusieron en ventaja por un marcador de 4 x 3.


El segundo tiempo el Parma tomó el control del juego con una media cancha donde sus volantes centrales tocaban la redonda y rápidamente abrían la defensa del Valladolid produciendo a los tres minutos de reiniciado el partido que el delantero Aquino dejara el grito de gol ahogado en la gargantas de la afición parmesana tras fallar frente al marco una clara ocasión de gol que significaba el empate.


El Parma no desmayó y el Valladolid sólo soportaba los embates hasta que a eso de los 20 minutos, tras una serie de rebotes, el jugador Aquino la tomó de frente al área de la 16/50 y con un certero disparo dejó sin ninguna posibilidad al portero Jorge Cruz causando el delirio de su afición.


Con un 4 x 4 los equipos adelantaron marcas, Valladolid con contragolpes rápidos perdió unas dos ocasiones claras de gol y el Parma continuaba con su toque rápido y técnico.


En una jugada diagonal el Valladolid cometió una falta en los linderos del área grande que significó el 5 x 4 tras un tiro libre que baño a los defensas y portero de Valladolid; allí, se creyó, que el Parma era el nuevo campeón de la tierra del general Francisco Morazán.


No se miraba por donde el Valladolid podría empatar el juego y más cuando el árbitro central levantó su mano señalando que solo restaban tres minutos de descuento para el pitazo final.


Pero el fútbol es eso, tiene la emoción de fatalidad para uno y de gloria para otro, el Parma se dedicó a perder tiempo y a lanzar balones sin ningún sentido… cuando ya parecía que todo estaba consumado se dio un tiro de esquina a favor de Valladolid.


El balón fue enviado al primer palo, los defensores parmesanos no pudieron alejar la número 5 y tras un chut centro, la pelota quedó de rebote a un jugador de Valladolid que le pegó con todo ante la algarabía de su gente que saltaba en un nudo de abrazos celebrando un

gol agónico que le devolvía a la vida, inmediatamente el árbitro levantó sus manos para el silbatazo final.


Como es costumbre en las finales de liga de la comunidad de La Trinidad de inmediato se fue al sorteo de los penales en la que luego de una tanda de cinco se debió irse a la muerte súbita que le dio la corona al Parma por un resultado final de 6 contra 5 lanzamientos.


El final fue emocionante, jugadores y afición del Parma se fundieron en un abrazo ese que significa el esfuerzo y dedicación de cada domingo que culmina con alzar esa copa que significa la gloria para uno y la tristeza de otro.


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