Sigamos siendo parte del circo político y del folklorismo arcaico como forma democrática electoral
- La Puerta al Sur.com
- 14 oct 2020
- 3 Min. de lectura
Así lo dijo
El significado de política es muy amplio y está relacionado, en general, a lo que se refiere a la administración de un espacio público.
En mis estudios universitarios la mejor explicación que pude captar es que la Política es el arte de gobernar al servicio del pueblo desde diferentes estatus públicos y a voluntad de un pueblo a través de un proceso democrático electoral.
Pero este fundamento parece no calar en la mayoría de quiénes hoy se dedican a participar en estos procesos públicos. Cualesquier persona se designa por si solo para participar en los mismos con tanta solo decir frases como: " A mí me conocen porqué fui futbolista o porqué salgo en la tele" ... "A mí me cuesta el partido"..."Toda la gente la tengo yo" y otros diretes y dichos populares.

Atrás quedaron en nuestros municipios aquellas asambleas públicas, que al menos decidían el precandidato para optar a cualquier cargo, con artimañas o no, lo cierto es que por lo menos esas designaciones la hacían un grupo de reconocido líderes y simpatizantes de las instituciones políticas.
Hoy en día, se suele escuchar ese folklorisno político de que "Si un burro ponen por un burro voto" o "Voy a votar por el menos malo o el más honrado", lo que denota un desaliento en la masa electoral que podría avizorar un alto abstencionismo especialmente departe de la juventud, que hoy no ve una propuesta clara para el desarrollo del país y sus comunidades.

En los municipios del sur de Francisco Morazán los procesos de democratización del poder se ven reflejados con líderes políticos faltos de una verdadera propuesta de desarrollo para un pueblo, basta con tan solo hechar una mirada a los que hoy se nombran precandidatos a las Corporaciones Municipales y nos daremos cuenta que sus propuestas y perfiles son carentes de un verdadero plan municipal, diríamos, las mismas están cargadas de esa politiqueria barata que se fundamenta en el mismo decir de siempre: " El pueblo es tonto"... "areglemosle la calle"... "negociamos las credenciales"..."hagamos los traslados"..."llevesmole una bolsa de comida"..."tengo un millón para tirarlo", así, cada día la política va abriendo espacios para el que más tiene dejando de por lado esos currículums personales que deberían ser base fundamental para optar a dirigir la administración del Estado tales como Honrradez, humanismo, solidaridad, bien común; pero sobre todo, el temor a Dios.

Aunado a esto esa moda de diz querer servir a un pueblo de nuevo que día a día va eternizando a muchos Alcaldes haciendo de la administración pública municipal un lugar de trabajo permanente, cuando de todos es sabido que todo proceso en la vida, por muy bueno que se considere, llega a su punto final; dicho de manera popular, todo cansa, aburre, fastidia... hasta para salud mental se urge un cambio, nuevas organizaciones, planes de desarrollo...así como un vehículo llegó a su depreciación los políticos también deben entender que cualquier administración pública necesita de nuevos relevos generacionales.
¿Y que decir de los líderes comunitarios?, muchos de ellos caminando al son del clientelismo político, a la espera de quién le sirve el mejor plato para sus interés personales, acabados, rústicos, llenadores de planillas, escaladores de politiqueros de momento, peleándose las migajas de quiénes solo llegan en tiempo electoral... ¿Y sus comunidades?. Faltas de procesos educativos, agrícolas, de reales planes de desarrollo, de una política que conlleve el bien común de sus moradores, de espacios de subsistencia para la niñez, la juventud y el adulto mayor.
De todas formas sigamos siendo parte de este circo político, de las mismas promesas de cambio, de falsos precandidatos, de estructuras arcaicas y de perfiles a cargos públicos que no llenan ni el mínimo requisito para el desarrollo municipal de nuestros pueblos.

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