Hoy se despidieron del ITFM 36 años de resoluciones matemáticas, de disciplina y orden... Hoy dijo "Adiós" la profesora Rossana

Rostros

Antes en nuestras vidas de estudiantes solíamos escuchar una famosa frase de la "Profesora (or) Yuca", irónicamente, al final de nuestros estudios profesionales muchos deducimos que a quiénes simbolizan con este modismo son nuestros maestros dedicados, disciplinados y sobre todo, responsables en su labor académica.

Hoy, entre lágrimas y sollozos, se despidió de sus compañeros profesores, la catedrática Rossana Argentina Guzmán Murillo, sí, la dama que con yeso y pizarrón multiplicó por 36 años la vida de muchos estudiantes con esa álgebra enredada que "enloquece el pensamiento" y que nos enseñan sobre esa ciencia tan complicada pero exacta: Las Matemáticas.

36 años de una vida dedicada a la división de los números, a la multiplicación de los sinsabores de la vida, a la corrección de la equivocación estudiantil hasta hacer una conversión perfecta como se define el área de los números.

La profesora Rossana hoy dejó el aula para resumir 36 años de enseñanza académica, hoy sumó y recordó cada año de labor educativa, quizá perdió la cuenta del número exacto de cuántos jóvenes restaron, multiplicaron y dividieron, junto a ella, en cuatro paredes que encierran la disciplina académica de su vida catedrática.

En su despedida, organizada por el Consejo de Directores de Educación de Sabanagrande F.M., lució compungida, nostálgica, acongojada frente a sus compañeros de tiza, ahh la mayoría de ellos sus ex estudiantes. No solío ser aquella dama de academia, la consejera de jóvenes, imponente, con autoridad, disciplinada y de carácter fuerte, de las maestras que exigen orden y respeto a sus pupilos.

Se acabaron como todo en la vida 36 años de guiar a estudiantes con diferentes carácter, de desvelo y estudios.

Se le da fin a una treintena y seis años de formar el futuro de Sabanagrande y otros municipios; hoy, entre lágrimas se acabó el magisterio matemático de la maestra Rossana, se cerró el libro del conteo perfecto de una aritmética que quedará para el recuerdo y la historia.

El lunes próximo ya no veremos a la profesora Rossana abriendo y cerrando aquel viejo portón de la esperanza para muchos jóvenes que estudian en el ITFM, aquella mirada retadora por moldear la juventud del mañana, la tiza y el pizarrón de un aula que añorará por siempre la solución matemática de los retos de la vida.

Como dijo ella en su discurso: "Nací en Yoro, pero me siento cien por ciento de Sabanagrande" ...Las matemáticas son exactas.

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