Dejo de existir parte de nuestra herencia artística y cultural de Sabanagrande F. M.

Sonriente, amigable y extrovertida. Casi nunca vi tristeza en su rostro, siempre floreció en ella una sonrisa y una que otra broma de esas que suelen ser agradables para nuestro diario vivir.
La vimos muchas veces en aquellas ferias patronales de antaño siendo parte del cortejo para corononar a la "Reina Bufa", que para esos tiempos era una especie de reinado burlesco en el que de manera jocosa se leía un testamento haciendo alusión, entre la comedia y la realidad, de los principales problemas de nuestra Sabanagrande, algo así como el otrora y verdadera finalidad para lo que originalmente nació la actividad el famoso "Rey Feo".
María Francisca Sánchez Aguilar (85), la señora de aspecto amable y cariñoso, de andar pausado, dejó de existir este día. Si, otra dama de la "Ciudad de las Rosquillas" que fue parte de la historia del folklore, el arte cultural y la jocosidad de tantas participaciones artísticas en las que tuvimos la oportunidad de verle y disfrutar de sus ocurrencias naturales personales.
Ella junto a Doña Esther Reyes, Elvia Calix, Susana Cubas, Virginia Ortez y otras damas de la sociedad sabanagrandenses, fueron parte de esas grandes veladas culturales que de niño solía presenciar en ese salón contiguo al Templo Católico de esta localidad.
"Se Abre el Telón" y "Quika" como cariñosamente se le conocía, junto a este elenco de damas que por muchos años motivaron la cultura y el arte, subían al escenario y deleitaban con sus ocurrencias a un público que entre sonoros aplausos agradecía su participación artística.

Francisca será desde hoy parte del recuento histórico nato artístico de Sabanagrande, quiénes le conocieron habrán disfrutado de sus participaciones en diferentes eventos sociales y culturales en la que su sonrisa siempre fue su mayor característica personal.
Como madre, con su ejemplo de tenacidad formó e inculcó a sus hijos el trabajo arduo, de eso fue testigo mudo aquella "Casona vieja" que estaba frente a la Escuela Francisco Morazán del casco urbano, donde "Quika" se le veía pedalear esas rústicas y viejas máquinas de coser en busca del sustento familiar.
Se nos fue " Quika" otro personaje del patrimonio vocacional y artistico nato, de ese que hoy está en peligro de extinción, si, de esa parte de la promoción cultural que hoy por hoy nadie se preocupa.
Un hasta pronto a la mujer que con sus dramatizaciones nos dio alegría, esa parte del entorno diario que hoy nos hace falta a muchos hondureños desencajados cada día por diversas circunstancias.
Que en Paz Descanse.

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