Iglesia Católica condena el aborto, las malas prácticas de políticos, los anuncios comerciales que i
- Lic Aníbal Baca
- 30 mar 2018
- 2 Min. de lectura
Durante la realización de la procesión del Santo Viacrucis en los municipios de la zona sur de Francisco Morazán, la Iglesia Católica condenó este día una serie de malas prácticas que actualmente aquejan a la sociedad hondureña y que deja como resultado una población sumida en el desenfreno y la indiferencia ante la problemática social que actualmente vive nuestro país.
En las 14 estaciones que rememoran el calvario que sufrió Jesús al ofrendar su vida por la humanidad, los pastores católicos pidieron a sus fieles no renegar por cargar su cruz en el diario vivir, esa es nuestra realidad, hay que sacrificarnos y ayudar a otros ante tanta injusticia social, hay que redimir la historia, exhortaban entre cánticos con los que recordaban la pasión y muerte del salvador del Mundo.
“Los católicos no deben de huir ante la pérdida de valores de la humanidad, estamos llamados a rescatar a nuestros jóvenes del alcoholismo, de la drogadicción, a condenar el aborto como una de las prácticas de nuestras mujeres, hay que enseñar a bendecir la alegría de ser madre, a prestar ayuda al hermano que está enfermo, a no dar la espalda al angustiado, es fácil ayudar al triunfador, al político mentiroso que hoy nos tiene divididos.”, fue la reflexión durante la tercera, cuarta , quinta y trece estación.
Mientras cargaban la cruz a ejemplo de Jesús, cada uno de los participantes entre cada estación meditó sobre la pérdida de valores en nuestra sociedad, la indiferencia religiosa, el uso de los medios de comunicación para emitir mensajes que incitan a la violencia y, sobretodo, la práctica del aborto mediante la cual unos 44 mil niños mueren anualmente.
La indiferencia a Dios nos quita la alegría, la fe, nos vuelve indiferente, volvamos a él la mirada, que su resurrección sea significado de una nueva vida, de un nuevo ser, no le demos la espalda ni nos avergoncemos de cargar su cruz y de practicar la solidaridad como signo de renovación y justicia.
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